EL CLAMOR DE LA CALLE
Las calles de 57 ciudades españolas han sido un clamor contra el Gobierno y su Reforma Laboral, contra la chulería y descaro de ministros, empresarios y banqueros satisfechos con los recortes que amenazan el futuro de miles de familias. Cientos de miles de trabajadores, en Madrid (más de 500.000), Barcelona (más de 400.000), Valencia, Sevilla, etc. han tomado las calles contra la tiranía coronada de los mercados y del capital.
El miedo de Toxo y Méndez les llevó a no asumir claramente su responsabilidad cuando conocieron la brutalidad del texto aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 10 de febrero y publicado en el BOE el día siguiente. Entonces dijeron que la contundencia de la respuesta sindical dependería de la respuesta de los trabajadores en estas movilizaciones.
Pues bien, ya conocen la respuesta de nuestra clase: los trabajadores reclaman la lucha abierta contra el Gobierno. Y hay disposición para ello: la inagotable marea verde de la enseñanza madrileña, y las movilizaciones de enseñantes, sanitarios y usuarios de lo público en diversas comunidades, han tenido continuidad en una jornada en la que el clamor de la calle ha sido unánime.
A pesar de las provocaciones del Gobierno central y de los autonómicos (en Madrid, por ejemplo, la frecuencia de los trenes era la de un fin de semana normal, lo que ha dificultado la asistencia de los ciudadanos; nada que ver con la cobertura y los medios puestos a disposición de los participantes en la última visita del rey de la Iglesia Católica); a pesar del silencio de sus medios de propaganda; a pesar de las dudas y titubeos de los principales dirigentes de los dos grandes sindicatos de masas, nuestra clase ha sabido estar, de nuevo, a la altura de las circunstancias.
El enemigo de clase ha encontrado respuesta a su desafío, pero esa respuesta debe organizarse para que sea efectiva. Toxo y Méndez siguen dominados por un miedo irracional a ser superados, si el proletariado pasa a la ofensiva en la lucha de clases. Pero no puede haber dudas, porque la rendición supondría una derrota de dimensiones históricas.
Hoy, quizá es pronto para la Huelga General, pero hay que crear las condiciones para ella: las movilizaciones deben tener continuidad e ir ganando en intensidad. El miedo al despido de los trabajadores de las pymes, la sensación de debilidad que provoca la dispersión, la dificultad de vencer las inercias y miedos, no pueden ser obstáculo para comenzar en todas partes a organizar asambleas, encuentros, actos de rechazo, que impliquen a las masas y logren superar la sensación de aislamiento de cada una de las luchas y transformarla en confianza en la fuerza imparable del movimiento obrero.
Debemos extender el rechazo, el odio de clase y la disposición de lucha hacia quienes sustentan el régimen de corruptos, especuladores y vividores que arropa esta tiranía coronada de los mercados y el capital.
En las próximas semanas el Gobierno va a desatar nuevos golpes, tan duros como el del pasado 10, y no debe encontrar sumisión y agotamiento. Exijamos a los dirigentes sindicales que cumplan con su obligación, organizando gradualmente las respuestas; apoyemos y reforcemos las luchas en las empresas, barrios y centros de estudio. Unámoslas en una marea común de dignidad contra el fascismo rampante de los politicastros borbónicos. Convirtamos las calles en un clamor permanente que acabe con la soberbia de los Rajoy, Aguirre, Fabra, Mas y cía. Su desprecio a la mayoría social y su cinismo deben tener un coste político.
El primer paso está dado. Organicemos la respuesta. Adelante la Huelga General.
UNIDAD POPULAR CONTRA LOS MERCADOS Y EL CAPITAL
¡ABAJO LA MONARQUÍA Y SUS LACAYOS!
¡VIVA LA REPÚBLICA POPULAR Y FEDERAL!
Nota de Redacción:
Las protestas estudiantiles y de trabajadores que se incrementan en España, Francia y otros países de Europa, se produjeron años atras en Grecia. Por eso es necesario prestar atencion al mensaje de Pedro Olalla que reflexiona desde Atenas sobre la situación que vive Grecia. Ver: Mensaje desde Grecia
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